Biopsia renal:
Durante una biopsia renal el nefrólogo obtiene una pequeña porción de tejido renal para examinarla en un microscopio en busca de signos de lesión o de alguna enfermedad.
El nefrólogo podría recomendar una biopsia renal para diagnosticar un presunto problema renal, determinar la gravedad de una enfermedad, o controlar el tratamiento de una enfermedad previamente diagnosticada. También podría necesitar una biopsia renal si el paciente fue sometido a un trasplante de riñón que no funciona de manera adecuada.
En la mayoría de los casos, el nefrólogo lleva a cabo una biopsia renal insertando una delgada aguja a través de la piel, un procedimiento conocido como biopsia renal percutánea. Un dispositivo de diagnóstico por imágenes ayuda al nefrólogo a guiar la aguja hacia el interior del riñón para extraer tejido.
No todos los pacientes con los diagnósticos que mencionaremos a continuación requieren una biopsia de riñón. La decisión la determinará el nefrólogo especialista en función de los signos, síntomas y cada particularidad evaluada en la historia clínica del paciente.
- Diagnosticar un problema renal que no se puede identificar de otra manera
- Ayudar a desarrollar planes de tratamiento según el trastorno renal
- Determinar el alcance del daño causado por la enfermedad renal
- Evaluar cuán bien funciona el tratamiento para la enfermedad renal
- Controlar la salud o determinar por qué un riñón trasplantado no está funcionando de manera adecuada
El médico podría recomendarte una biopsia de riñón según los resultados del análisis de sangre y de orina, en los cuales se identifican resultados alterados que pueden revelar:
- Sangre en la orina (hematuria) proveniente del riñón
- Proteína en la orina (proteinuria) excesiva, en aumento o acompañada de otros signos de enfermedad renal
- Trastornos de la función renal, que provocan una cantidad excesiva de productos de desecho en la sangre